sábado, 12 de septiembre de 2009

Homilía en la Fiesta de san Juan Crisóstomo...

Hermanos y hermanas en Cristo:

Hoy la Iglesia Universal esta de fiesta: hoy estamos Celebrando la Solemnidad de san Juan Crisóstomo. Tal vez pregunte, ¿Qué tiene de importante la vida de ese hombre? Les tratare de responder.
San Juan Crisóstomo nació en Antioquia, ciudad donde por primera vez se utilizo el nombre de cristianos para designar a los seguidores de Jesucristo.
Quedo huérfano de padre desde que era un bebe. Su madre, una joven llamada Antusa se hizo cargo de su educación. Estudio Retórica, sus aspiraciones en la juventud, eran las de cualquier joven: Tener una carrera, hacer dinero y tener fama. Pero encontró que la Verdadera Filosofía (como antiguamente se le llamaba a la Doctrina cristina) era lo que en verdad le daba sentido a su vida, era lo que lo hacia sentirse pleno. En este caminar se hizo monje, ermitaño, diácono, sacerdote y Arzobispo de Constantinopla.
Un hombre de una profunda oración, dormía solo un par de horas, trabajaba todo el día, que amaba a su prójimo con sinceridad y generosidad. Alguien que supo ver a la pobreza como un don de Dios. Alguien que se sabía prácticamente la Sagrada Escritura de memoria. El nombre de Crisóstomo significa “Boca de Oro”, ya que fue el más grande predicador que ha tenido la Iglesia en sus 2000 años. El sufrió persecución por un grupo de “Arzobispo, Patriarcas y Obispos” de mucho poder.

Pero esto no es lo más importante, no es lo más sobresaliente de su vida y ministerio.

Lo más importante a resaltar es que toda su vida fue: un acto de adoración a Dios, nacido de un amor total, pleno, único. Su vida, su predicación, su oración, sus actividades, todo era una ofrenda de alabanza a la Santísima Trinidad. Y deseo hacerlo dentro de la Iglesia. El vivió y murió dentro de la Iglesia que Cristo fundo y que hoy le reconoce como una Santo, aunque en su tiempo un grupo de “obispos y Patriarcas” poderosos lo hayan depuesto del Sagrado ministerio y lo haya Excomulgado. Esta deposición y esta excomunión no valieron para nada, ya que por encima de los Obispos, esta Cristo, el Obispo de obispos, la VERDADERA Cabeza de la Iglesia. Toda su vida fue dedicada a dar a conocer a Cristo en, por y a través de la Iglesia, aunque “oficialmente” los “obispos” poderosos lo consideraban como alguien que estaba fuera de la Iglesia.

Hermanos: La Primer Lectura tomada del libro del Profeta Isaías (Is 50,5-9)de este domingo nos dice: Ofrecí la espalda a los que me golpeaban... Todos sabemos que esta es una profecía concerniente a Cristo, nuestro Divino Salvador, pero san Juan Crisóstomo también supo ofrecer la espalda y todo su cuerpo para que lo maltrataran los “políticos y obispos” poderosos de este mundo, ya que como cristiano estaba llamado a seguirlos pasos de Cristo.

Nosotros estamos llamados a ver en san Juan Crisóstomo el prototipo de laico, de monje y de clérigo (diácono, sacerdote y Obispo), que supo amar a Cristo sobre todas las cosas, y que lucho por atraer más y más almas a la Iglesia, la cual es siempre reconoció como la esposa de Cristo.
Debemos imitar a este hombre que siguió fielmente a Cristo en la vocación que le dio. Que no tuvo miedo pese verse atacado y rodeado de un grupo numeroso de “clérigos” que actuaban como lobos rapaces.

El salmo y la carta del Apóstol Santiago (Sal 114; Sant 2,14-18) nos dicen lo mismo: La Fe se demuestra con obras: San Juan Crisóstomo se hizo famoso por sus homilías, pero se hizo santo por sus acciones (unidas, claro esta, a la gracia de Dios), no por sus palabras.

Por ultimo, el Evangelio nos muestra lo Central de la Vida de Sanjuán Crisóstomo: Lo importante, lo único que vale la pena, lo único que sigue adelante, es y siempre será Cristo. En el Evangelio de hoy escuchamos cuando Nuestro Señor Jesucristo le dice a san Pedro: ¡Apártate de mi Satanás! Porque tu no juzgas según Dios, sino según los hombres... (Mc 8,27-35)
En la Iglesia Vetero, lo importante es Cristo, lo importante es Cristo en su Iglesia, la cual es su Cuerpo Místico.
En el día de san Juan Crisóstomo lo importante no es hablar de san Juan Crisóstomo, lo importante es hablar y vivir el Evangelio, a ejemplo de san Juan Crisóstomo. Es importante su intercesión, pero más importante es seguir su ejemplo. Amar a Cristo sobre todas las cosas, amar a nuestra Iglesia Vetero como a la Esposa de Cristo y amar a los que nos persiguen como personas que han sido engañadas por Satán.

Cristo, nuestro Dios y Salvador, nos ha dado un regalo que no le ha dado a los demás: Nos a concedido ser Veteros. Iglesias cristianas hay muchas. Iglesias Católicas hay algunas. Pero solo hay una Iglesia que ha conservado TODA LA CATOLICIDAD, toda la Doctrina, toda la FE, los Siete Sacramentos, la Sagrada Escritura, la Tradición, la Sucesión Apostólica y la libertad de los hijos de Dios: Esta es la Iglesia Vetero. Por esta Iglesia Cristo murió y resucito (ya que no fue por el Templo de los judíos ni por la fe judaica), por esta Iglesia san Juan Crisóstomo lucho (ya que no fue por la iglesia imperial de los ricos y poderosos).
En esta Iglesia estamos, en esta Iglesia adoramos a la Santísima Trinidad, en esta Iglesia recibimos los Santos Sacramento de Dios, en esta Iglesia experimentamos la obra redentora de Cristo a través del Santo Sacrificio de la Misa.

Hermanos, oremos a Dios todopoderoso pidiendo la intercesión de san Juan Crisóstomo, pero sobre todo, imitemos la mayor enseñanza de este gran hermano que alcanzo la santidad: Amar a la Santísima Trinidad sobre todas las cosas, a la Iglesia Vetero como a nuestra Madre y Maestra y a nuestros perseguidores como a hermanos que han sido engañados por el maligno.

Dios los bendiga.

Monseñor ++Victor Hugo García Cortés
Arzobispo Primado de la Iglesia
Católica Tradicionalista en México.