viernes, 4 de septiembre de 2009

De perseguidores a misioneros de la Iglesia Veteros...


“Pero cuando ya se encontraba cerca de la ciudad de Damasco, una luz que venía del cielo brillo de repente a su alrededor. Saulo cayó al suelo, y oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Hch 9,3-4

“He escogido a ese hombre (Saulo) para que hable de mi a las gentes de otras naciones, y a sus reyes...” Hch 9,15

Hermanos y hermanas en Cristo:

¡Paz en Cristo nuestro Sumo y Eterno Sacerdote!

La Iglesia jamás es más grande, más gloriosa o más fiel al Evangelio, que cuando acoge en su seno a los que antes la perseguían. ( San Juan Crisóstomo)

Saulo fue un perseguidor de la Iglesia, fue un hombre formado, no para pensar por si mismo, sino para cumplir leyes. Fue un hombre de su tiempo. Fue un fiel cumplidor de la Ley Mosaica. Muchas personas podrán identificarse con él. Cumplidores de leyes y mandatos de hombres, cumplidores fieles de reglas que ni entienden, ni creen, ni practica. Que persiguen a la Iglesia Vetero porque creen que con ello hacen la voluntad de Dios (igual que san Pablo).

Saulo iba dirigiendo un grupo, Saulo es el que manda, es el que sabe, es el que puede. Muchas personas van a “su” iglesia porque ahí mandan, organizan, ahí tienen poder.

Saulo perseguía lo que no conocía. La mayoría de las personas que atacan a la Iglesia Vetero atacan lo que no conocen. Y los que la conocen o no la atacan o si la atacan es por ser realmente malvados, ya que como dice la Sagrada Escritura: prefirieron la oscuridad a la luz...

Pero Saulo al tener su encuentro con Cristo, queda siego: Siego por la luz de la Verdad, siego porque se da cuenta de las tinieblas en las que estaba, siego porque por primera vez se encuentra con Dios (no con ideas de el) y se da cuenta que lo único que había hecho con su celo religioso era perseguir a Cristo.

A partir de ese momento la vida de san Pablo empieza a cambiar. De ir dirigiendo se deja dirigir. De creer que veía la verdad, ahora descubre que vive en la oscuridad. En este descubrimiento dura tres días en oración y ayuno ( es un paléelo de los tres días de nuestro Señor en el sepulcro). Empieza a vivir en carne propia el Misterio Pascual de Cristo. Tres días donde descubre lo que no había descubierto en toda su vida.
Pero para ello fue necesario que lo tumbaran. Fue necesario caer...tocar fondo. Eso mismo viven muchos: hasta que tocan fondo pueden iniciar su cambio.

Es entonces, que es la Iglesia, guiada por Cristo nuestro Señor, que va a completar la conversión de Saulo, una conversión que Cristo ya había iniciado. Esto se da en la persona de Ananías. Un personaje, cuyo único objetivo en la Sagrada Escritura fue (aun en contra de su voluntad: “ese Saulo anda persiguiendo a los del pueblo Santo...”) fue darle la luz de Cristo a Saulo. La misión de Ananías no es ser un gran predicador, no es ser un gran misionero: su misión es compartir la luz de Cristo que el ya posee. En la actualidad muchos Veteros estamos actuando como Ananías: somos los que llevan la luz de Cristo a los que las necesitan. A los que todavía están en la oscuridad.

Entonces lo Bautiza (se hace miembro de la Iglesia, se le perdonan sus pecados, recibe al Espíritu Santo, se hacer hermano de Cristo e hijo de Dios), ora sobre el (símbolo de que expulsa de el todo lazo con el poder infernal) y se le caen unas como escamas (símbolo de la ceguera del pecado).

Y de perseguidor se convierte en misionero celoso del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

¿acaso solo había conversiones a la Iglesia Vetero? No. También había “cristianos” que abandonaban la Fe (apostataban) y san Juan los llama anticristos. 1 Jn 2,18

Pero todos estos hermanos apostatas, que dejan la Verdad de Cristo depositada en SU IGLESIA jamás harán un daño considerable, ya que cuando surge un anticristo, Dios en su misericordia manda 20 Saulos, que cambiaran su Nombre a Pablo, porque ellos mismos han cambiado. Son ahora otra persona.

Bendito sea Dios que nos ha regalado y nos sigue regalando tantos “Pablos”.
Se que con este escrito muchos se sentirán identificados en la parte de Saulo, pero muchos más se sentirán (en el momento de Dios) identificados con la parte de san Pablo.
Dios los bendiga.

Monseñor ++Victor Hugo García Cortés
Arzobispo Primado de la Iglesia
Católica Tradicionalista en México.